La boda de Pilar y Pedro fue especial por muchas razones, pero sobre todo por las ganas y la ilusión que tenían los dos de disfrutar de ese día. Ambos lucen una sonrisa de las que llenan, de las que muestran felicidad en cada instante que pasa, y eso transmitieron a sus invitados desde el primer momento hasta el final. A pesar de vivir lejos, siempre los sentía cerca por la implicación constante que tuvieron en su boda. Querían que fuera una fiesta y así fue.
El espacio, al igual que a mí, enamoró a Pilar desde el minuto uno. En La Rioja, tierra de vinos, Hacienda El Ternero ofrece algo que nada tiene que ver con las bodegas a las que estamos acostumbrados porque, como bien dice su lema, es “más que vino desde el siglo XI”… Así, 360° de viñedos les arroparon durante la lluvia en el cóctel y fueron testigos de una ceremonia entrañable y de un baile que no tenía fin. Una gastronomía muy cuidada por parte de Carlos e Ignacio de Echapresto Gourmet, todos los detalles de la decoración mimados al máximo, Nicola Campilli detrás de la cámara, Dosaune Djs haciendo disfrutar a todos hasta el final, y unos invitados involucrados 100% hicieron de la boda una gran fiesta de principio a fin.