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Paloma y Álvaro

Les llaman “novios de pandemia”. Yo prefiero llamarles novios valientes. Novios con las ideas MUY claras, novios con la fecha de su boda MUY CLARA. Sufrieron todos los imprevistos posibles en medio de la pandemia. La segunda ola explotó, y con ella todos los cambios…, pero nunca se rindieron.

En un principio pensaron en una boda de unos 450 invitados en un restaurante. Dada la situación, un mes antes de su boda les sugerí cambiar el espacio al parking de la bodega propiedad de la familia de Paloma. Para ella era impensable, pero les pedí que confiaran en mí y lo hicieron.

Volvimos a crear desde cero la boda. Una semana antes del gran día…, nuevos cambios y restricciones sanitarias, con el número de invitados limitado a 50. Volvieron a adaptarse y seguimos adelante. El resultado: una boda emotiva, con MUCHO SENTIMIENTO y, sobre todo, con una pareja enamorada disfrutando en cada momento de SU DÍA. Muchas lágrimas pero muchas más sonrisas.

Lorena San José estuvo tras la cámara (¡confinaron a nuestro videógrafo el día previo a la boda!); Espacios Verdes le dio forma a todo lo que habíamos diseñado (Paloma quería otoño rodeada de viñedos y lo tuvo); Catering Echaurren, al mando en la cocina; y el espacio fue la Bodega Marqués de Tomares.

Cuando la confianza y las ganas se alinean el resultado es la boda de Paloma y Álvaro.

¿Tú también quieres vivir un día más que especial?

Escríbeme cuanto antes y empezaremos a trabajar juntos para hacerlo realidad