Alejandro es especial. Una persona con mucho gusto y con las ideas muy claras. Un anfitrión de los que se desvive por hacer que sus invitados se sientan agasajados en cada momento. Su cumpleaños no podía ser menos. Con muchos invitados de fuera de La Rioja, buscaba hacerles vivir una experiencia muy especial. Para ello, ideamos un brunch inglés en el marco inmejorable de los viñedos de la familia. La fiesta continuó en la bodega familiar con un baile de máscaras: recepción en un calado, cena tipo cóctel y un baile con una mesa de postres de 6 metros que pusieron el broche final a un día tan único como su anfitrión.